Parece que en 2018 la ira de las mujeres ha aparecido repentinamente en la conversación pública. Pero mucho antes de la creación de Pantsuit Nation, de la Marcha de las Mujeres y del movimiento #MeToo, la ira de las mujeres ha sido catalítica en lo político. La historia de la furia femenina y su significado cultural demuestra la larga historia de amargo resentimiento que ha envuelto al lento aumento del poder político de las mujeres en los Estados Unidos, así como las formas en que se recibe la ira cuando se trata de mujeres y no de hombres.
Con elocuencia y fervor, Traister rastrea la historia de la ira femenina como combustible político, desde sufragistas que marchan ante la Casa Blanca hasta empleadas de oficinas que abandonan sus edificios después de que Clarence Thomas fuera confirmado ante el Tribunal Supremo. Traister explora la ira de las mujeres tanto con los hombres como con otras mujeres; la ira entre aliados y enemigos ideológicos; las diversas formas en que se percibe la ira en función de su dueño, así como la historia de la caricatura y la deslegitimación de la ira femenina y la forma en que la furia colectiva de las mujeres se ha convertido en un combustible político transformador, como ocurre sin duda en la actualidad.