Poesías - Antonio Plaza

"Ser poeta, según afirma un escritor de fama, es sentir hondo, pensar alto y hablar claro, y cuán pocos de los que el vulgo llama poetas, han cumplido con estas raras condiciones.

En materia de arte, muchas son las escuelas, muchas las exigencias de los críticos, muchas las reglas que imponen los maestros, y, sin embargo, lo esencial en el artista no lo dan los libros, ni lo pueden repartir en las cátedras, ni se sabe en qué estriba el secreto de posesión en el individuo: la inspiración inmortal y sublime.

Aquel a quien no conmueva la hermosura, ni lo cautive el sentimiento, ni lo seduzca la más franca 'expresión de la forma, no será un artista. La belleza, decía San Agustín, es el esplendor del orden y confirma esta definición la perfecta armonía que resplandece en todo lo bello. Basta una columna, un frontón, un relieve cubierto por el jaramago o la yedra silvestre, para adivinar el conjunto de un templo griego, ya sea el Partenón con todas sus tradiciones gloriosas, ya el augusto santuario de Júpiter, de aquel dios de cuya cabeza nació Minerva, derramando la luz de la sabiduría en los cerebros humanos.

Los poetas primitivos no tenían otro cuadro que la Naturaleza para desarrollar sus concepciones, y por esto son originales y asombrosos. Ninguno copiaba modelos gastados o envejecidos [...]".


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